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Don Gato y su pandilla: un éxito fracasado

septiembre 20, 2011

Como bien han de saber, Don Gato y su pandilla (Top Cat) es una serie de Televisión que duró originalmente solo 30 episodios. En Estados Unidos fue un rotundo fracaso, sin embargo, en México es considerado uno de los iconos de la cultura, a tal grado que cuenta con expresiones que hasta el día de hoy utilizamos como «por la ley de lo caido, caido». Por lo mismo, fue muy fácil para los Ánima Estudios en México conseguir los derechos de esta caricatura por parte de la Warner Bros. Se cuenta que incluso los de WB no sabían bien de inicio lo que Ánima estaba pidiendo pues en sus archivos no tenían registros de que existiera ese producto.

Algo inusitado en la historia de este país es el hecho de que se produjera una idea original de Hanna Barbera de manera nacional y con un enfoque para el público local. Por todas estas razones, era natural que la cinta de Don Gato y su Pandilla tuviera el éxito que, hasta hoy, ha logrado (más de 40 millones de pesos recaudados tan solo en un fin de semana, convirtiéndola en la película mexicana más taquillera en su primer fin de semana en la historia).

¿Pero cuál es la realidad del asunto?

Yo de niño fui fan en extremo de esta caricatura, me sabía de memoria los diálogos de cada capítulo. Me emocioné mucho cuando me enteré que Ánima estaba produciendo una versión cinematográfica, aunque tuve mis serias reservas sobre cómo harían la historia… y no fue para menos. Al ver el resultado final, era obvia la preocupación. La cinta de Don Gato y su Pandilla es una verdadera porquería, al menos para los fans como un servidor. Quizá la situación es que les tembló la mano al momento de decidir si la cinta debía enfocarse al público fanático original o a las nuevas generaciones. Mi idea, desde siempre, ha sido que este tipo de revivals deben ser dirigidos única y exclusivamente a los fans, si ellos recomiendan la cinta, es muy probable que la publicidad de boca en boca (80% más efectiva que la tradicional) sea algo ganado a pulso. Pero también, de no ser una cinta que llene las expectativas, las antirrecomendaciones no se dejarán esperar. Este es justo el caso.

¿Qué falló?

Sin lugar a dudas, el principal problema del guión de Don Gato en su versión cinematográfica es el tratar de modernizar una serie ubicada al final de los años 60. El origen de las riñas entre el oficial Matute y Don Gato es justamente que éste siempre usaba un teléfono de la policía, con fines personales que, coincidentemente, estaba colocado al lado del bote de basura donde vivía (una reminiscencia, sin querer, al chavo del ocho y su barril). En esta nueva versión, el teléfono ya no funciona, Matute usa celular, por lo que entonces la pregunta sería… ¿en qué le molestaría a Matute la existencia de Don Gato?

Los mejores cartuchos de la película los queman al mero principio. El Marajá de Pocajú (a quien en los capítulos de la serie recordaremos porque Don Gato decide imitarlo, dando cuentas de vidrio en lugar de rubíes como propina para agenciarse los originales) decide asistir a un concierto de Lazlo Losla (el famoso violinista del que Matute es fan). En esta escena hay innumerables problemas. Primero: Matute no se muestra encantado por la música de Losla, cuando en la serie era el fan número 1. Segundo: o les dio flojera animar más personajes o no les alcanzó el presupuesto, porque aunque dicen que el teatro donde se presenta Losla está lleno, se ve con unas cuantas personas. Tercero: el Marajá resulta ser un importante empresario de tecnología, algo así como Steve Jobs. ¿De cuándo a acá los árabes se distinguen por su tecnología cuando tienen tanto petróleo para explotar?

En la cinta, son incalculables los personajes entrañables que faltan. Sin duda muchos aparecen, como los ya citados o el caballo de Benito Bodoque, pero… ¿dónde está Cyrano el oso hormiguero? ¿dónde está Cha Cha Charlie Pérez Pardo? ¿Acaso les dio miedo meterlo en la cinta so pretexto de que las nuevas generaciones no tienen la más mínima idea de quién fue Pérez Prado? Lamentable en verdad.

El diseño de personajes, si bien se trató de apegar a los originales, tienen severos cambios que se justifican por su conversión al 3D, ¿pero qué creen? ¡No está hecha en 3D la película! Una cosa es que tengan volumen basado en un degradado convencional y otra cosa muy diferente es haber creado los personajes con verdadero volumen. Si de eso se trataba esto, ¿por qué no dejar el diseño de personajes tal cual?

¿Y el doblaje vale la pena?

Un elemento trascendente sin duda para esta caricatura en su momento fue el doblaje. Personajes como David Reynoso, Víctor Alcocer y El Tata, fueron protagonistas en las voces de Matute o Benito. Su tropicalización de los guiones extranjeros era bella, perfecta. En esta nueva versión, el doblaje se intentó respetar lo más posible, se nota. Incluso Jorge Arvizu «el Tata» repite, como lo hiciera con el Súper Agente 86, su papel de Benito Bodoque y de Cucho, solo que la edad ya se le nota, le cuesta trabajo fingir la voz como en su momento. Por supuesto, dado que es el único de los actores originales que sigue vivo, hubiera sido un error sustituirlo, pero da tristeza escuchar el ligero cambio vocal.

En síntesis, la cinta de Don Gato y su Pandilla queda a deber enormemente a los fans. Creo, sin poder asegurarlo, que hasta a las nuevas generaciones que no crecieron con Don Gato, les podría aburrir. Termina por ser una película tibia, con una esencia perdida y a la que la gente acudió simplemente por una estrategia mercadológica hecha relativamente bien.

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Don Gato y la pregnancia en la cultura mexicana

abril 16, 2011

Hace apenas un par de semanas, su servidor se enteró de que Ánima Studios estaba en la etapa de producción de la cinta de «Don Gato y su pandilla». La noticia normalmente me habría hecho saltar de la emoción, si no fuera porque Ánima Studios es la casa productora encargada, entre otras cosas, de «El Chavo». Y si, como lo comienzan a notar, la producción de esta cinta es 100% mexicana. Sorprendentemente Warner Bros. decidió soltar la licencia para explotación nacional ya que en Estados Unidos, por si no lo sabían, Don Gato no es mercado, en su momento fue un fracaso rotundo, a tal grado que solamente se produjo una temporada y ni siquiera completa. En México, sin embargo, Don Gato es parte de la idiosincracia, y es que es un caso extraño donde la tropicalización llegó a tal grado, que terminó por agradar al público. Pensemos, por ejemplo, en los nombres: Benito Bodoque, en realidad, se llamaba Benny the Ball; Matute era Prvt. Duane. ¿O qué decir de Cucho que tenía acento yucateco?

El punto de todo es que seguramente la película de Don Gato será un rotundo éxito en México, debo de aceptar que no están manejando tan mal aspectos mercadológicos como el hecho de estrenarla el 16 de septiembre de este año, o también que las voces vivas originales permanezcan, tal es el caso del Tata, que dobla a Benito Bodoque y a Cucho. Es una lástima que Víctor Alcocer, que doblaba al oficial Matute, haya ya fallecido, pero no lo hace mal Sebastián Yapur, de hecho, todas las voces se escuchan muy cercanas a las originales. No tengo duda de que hasta vayan a salir personajes como el Marajá de Pocajú o Cirilo, el perro que se reía igual que Patán y Pulgoso.

No obstante lo anterior, la historia que Warner Bros. ha develado no me termina por convencer. Al parecer, tratará acerca de que Lucas Buenrostro, nuevo jefe de policía de la ciudad, decide imponer una serie de leyes y utilizará tecnología para hacerlas cumplir, por lo que Don Gato, en compañía de su pandilla y de Matute, buscarán derrocarlo. ¿Acaso en la esencia de Don Gato está el uso de la tecnología? Entiendo que se haya hecho en la década de los 60 y esa palabra no tenía significado en aquellos días, pero no porque ahora sí lo tenga, significa que debemos hacer uso de ello.

En fin, sea como sea, Don Gato y su pandilla llegará a los cines mexicanos en el mes de septiembre y en versión 3D. Recemos porque la esencia del producto original esté respetada y yo me equivoque y salga gritando como energúmeno de la emoción… recemos.